miércoles, 17 de marzo de 2010

miseria


Mendigo

De la noche y la luna se cubren sus carnes oscuras,
Enloquecen al aire y hacen volar a las piedras.
Muchacho enfermo dilema de la estela,
¿Cómo fueron tus secretos tan secretos, y tan ocultos tus pensamientos?

De amor y locura las nubes se hacen oscuras,
Las voces se hacen tercas, y humeantes las cabezas.
¡Pobre caletre! hundido en el fango de las lluvias de noviembre,
No fueron tus palabras, más palabras que las voces mudas de los indecentes.

Las voces, fragancias espesas,
Gotas amargas que asustan a la hiedra.
Corre labriego, el diablo esta suelto,
anda por Ambato buscando un mendigo hambriento.

¡Mendigo¡ mira la luna,
está desnuda y amando su penumbra.
Su llanto son las estrellas,
y mas allá de ella están agonizando serafines en huelga.

De palabras y promesas, la celda está llena
Podrida la libertad.
-Amigo del hastió, destapa tus llagas negras
asesina el silencio con tu puñal de ave huérfana-

Hombre o mendigo, taciturno polvo de olvido,
tus pies son estacas de madera, secos apolillados,
tus manos telares humanos de tristeza,
ahí, las moscas son recuerdos pidiéndote besos.

Tú, errante famélico, abrazas al aire en consuelo,
besas la tierra pues ella sostiene tus quejas.
De tus harapos, las polillas ebrias cantan tus dolencias,
el rosal no te florece, y solo te entrega espinas para tus sienes.
Cuerpo letargo, el concreto no es cobijo para el abandonado,
ni el lucero se hace fuego cuando el frio con terror ha llegado,
Y tus sueños de papel, a veces, vuelan como palomas por el ayer,
se mojan del presente y mueren en el latido futuro de oropel.

¡Ah¡ si el humo fuera tu alma,
si pudieras en el crear tu casa blanca, tu nido de paja,
Solo así escaparías hacia la pupila de un hada enamorada.

-Diablo besa mi mano, soy más valiente
que cualquier esclavo, yo hago del hierro caldo
y del veneno bebo y con pan lo trago-

Descansa mi amigo, el alba esta lejana, viene coja
Con sus ojos de cansancio y sus cabellos opacos.
Mira gitano, sus dientes son guijarros sin brillo ni prelado,
no es mas doncella el alba, que la flor marchita en verano.
Mira mendigo, ella viene sola descalza sin amigos,
es tan pobre que se roba la belleza del sol,
y al roció con puñal en mano lo hace su esclavo.

Y si las lágrimas tienen madre,
Es el iris de una mujer vieja,
Acostada e inmóvil en su palastro de pasión y roca.

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