Poesía Ecautoriana, Ambato Ser poeta no es mas que describir el mundo, no como es, sino como yo creo que es.....Fe Montoya
sábado, 24 de abril de 2010
La ULtImA pRiMavErA
La última primavera
El amor se fuga,
Entre tus labios fríos y calmados
Ellos son los únicos sedentarios que se guardan para mi alma
Los habitantes perpetuos de los pensamientos
y de las angustias ahogadas
Tú, la última primavera, la última mujer buena,
La única verdad cierta.
Tú, has invadido la hebra mas fina de mis venas
Y has hecho preso al corazón con lazos nacidos de tu pureza
En tu preludio de arena, crecen cerezos de mil colores
Son iluminados por tus ojos, y regados de tus lágrimas,
De ahí su perpetua belleza.
Tu estirpe, viene del lienzo blanco de las nubes,
Pero no eres ángel, pero si eres tan delicada
Como la suave piel de las rosas.
Eres la última primavera, la última onda en la pupila,
El nexo frágil entre felicidad y tristeza
Eres un abrazo tan fuerte como el rugido de las fieras
Tú, eres la última primavera.
martes, 6 de abril de 2010
cuando llega la bruma
Cuando llego la bruma a tu cara,
los dos barcos tuyos de miel,
se apagaron como luciérnagas somnolientas.
El mar encrespado sobre tus lunares
hizo un baile como muriendo.
Y de la fuente artesiana, brotaron granos de sal.
Atravesaron tus ojos como polillas por el alma,
dejando polvo gris de fantasmas.
Huyeron los pistilos, y sobre los gritos tropezaron furiosos,
los crepúsculos de polen que salían de tus cavernas.
Cuando llegada la bruma, se espantaron los cirios,
Temblorosos sus llamas escondieron
y desaparecieron dejando un hilo blanco recorriendo el espacio frio.
En la lejanía, se escuchaba una flauta dulce, y unas voces sin sentido,
Son las almas que cantan y danzan en la espesa niebla,
En el gran espacio que deja el alba para sus ojeras.
los dos barcos tuyos de miel,
se apagaron como luciérnagas somnolientas.
El mar encrespado sobre tus lunares
hizo un baile como muriendo.
Y de la fuente artesiana, brotaron granos de sal.
Atravesaron tus ojos como polillas por el alma,
dejando polvo gris de fantasmas.
Huyeron los pistilos, y sobre los gritos tropezaron furiosos,
los crepúsculos de polen que salían de tus cavernas.
Cuando llegada la bruma, se espantaron los cirios,
Temblorosos sus llamas escondieron
y desaparecieron dejando un hilo blanco recorriendo el espacio frio.
En la lejanía, se escuchaba una flauta dulce, y unas voces sin sentido,
Son las almas que cantan y danzan en la espesa niebla,
En el gran espacio que deja el alba para sus ojeras.
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